A medida que más consumidores exigen productos y servicios que sean menos dañinos para el medio ambiente, las empresas están incorporando la sostenibilidad en sus principios comerciales centrales. Por su parte, los inversores también están presionando a las empresas para que sean más sostenibles, creando una comprensión más integral de esta realidad.
Las prácticas sostenibles se caracterizan por ser acciones que permiten a las empresas reducir su impacto negativo en el medio ambiente sin dejar de beneficiarse. Las cuales de acuerdo a sus dimensiones y objetivos se pueden clasificar en prácticas comerciales sostenibles internas y externas.
Las prácticas sostenibles internas, son las acciones que realiza una empresa dentro de la propia institución a favor del medio ambiente, tales como iniciar un programa de reciclaje de oficinas, reducir el consumo de energía no renovable, incorporar el uso del gas natural o favorecer la utilización de vehículos eléctricos.
Mientras que las prácticas de sostenibilidad externa incluyen la incorporación en la producción de materiales menos dañinos para el medio ambiente, en función de cómo se obtienen, fabrican, comercializan y la energía que requieren.
Estas son algunas ideas que consideramos importante compartir, pronto presentaremos otras características de las prácticas sostenibles.
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